La Acacia es mucho más que un simple árbol; es un símbolo de resistencia, adaptabilidad y belleza etérea. Con más de 1.300 especies repartidas por todo el mundo, desde los icónicos paisajes de la sabana africana hasta los bosques de Australia, este género ofrece una diversidad asombrosa. Conocidas por sus delicadas hojas compuestas y sus espectaculares floraciones, a menudo en forma de pompones amarillos, las acacias son una elección fantástica para quienes buscan añadir un árbol de bajo mantenimiento y alta resistencia a la sequía a su jardín. En esta guía definitiva, te enseñaremos todo lo que necesitas saber para cultivar y cuidar una acacia y asegurar que prospere durante años.
Luz: El Requisito Indispensable
Si hay algo que define a las acacias es su amor por el sol. Son plantas heliófilas, lo que significa que necesitan pleno sol directo para un crecimiento óptimo. Para que tu acacia desarrolle una estructura fuerte y produzca una floración abundante, debes plantarla en el lugar más soleado de tu jardín, donde reciba un mínimo de 6 a 8 horas de luz solar directa al día. Una ubicación sombría provocará un crecimiento débil, ahilado y una floración escasa o nula. La exposición solar no solo es vital para su energía, sino que también previene la aparición de enfermedades fúngicas al mantener el follaje seco.
Riego: La Clave está en la Moderación
La gran mayoría de las acacias son famosas por su excelente tolerancia a la sequía, una vez que están bien establecidas. Sin embargo, esto no significa que no necesiten agua. Durante su primer año en el jardín, es crucial proporcionar un riego regular y profundo para ayudarla a desarrollar un sistema radicular fuerte. Una vez madura, la frecuencia de riego puede reducirse drásticamente. La regla de oro es aplicar un riego profundo y espaciado, permitiendo que el sustrato se seque completamente entre riegos. El exceso de agua es el peor enemigo de la acacia, ya que puede provocar la pudrición de las raíces, una condición a menudo fatal.
Humedad: Adaptadas a la Aridez

Las acacias, en su mayoría, provienen de climas secos o semiáridos, por lo que no son exigentes en cuanto a la humedad ambiental. Se adaptan perfectamente a veranos secos y calurosos, y no requieren pulverizaciones ni medidas para aumentar la humedad. De hecho, un ambiente con alta humedad constante podría hacerlas más susceptibles a enfermedades fúngicas.
Sustrato: Drenaje, Drenaje y más Drenaje
El requisito más importante para el sustrato de una acacia es un drenaje excelente. No toleran en absoluto los suelos encharcados. Prefieren suelos ligeros, arenosos o francos que permitan que el agua se filtre rápidamente. Si tu suelo es arcilloso y pesado, es fundamental enmendarlo generosamente con arena gruesa, grava fina o compost bien descompuesto para mejorar su estructura y permeabilidad. Son muy tolerantes en cuanto al pH y pueden crecer en suelos desde ligeramente ácidos hasta alcalinos.
Fertilización: Menos es Más

Aquí reside una de las grandes ventajas de las acacias: apenas necesitan fertilización. Muchas especies de acacia son plantas fijadoras de nitrógeno, lo que significa que tienen una relación simbiótica con bacterias en sus raíces que les permite tomar nitrógeno directamente del aire. Por esta razón, un fertilizante alto en nitrógeno es innecesario y puede ser contraproducente, fomentando un crecimiento excesivo del follaje en detrimento de las flores. Si consideras que tu suelo es extremadamente pobre, puedes aplicar un fertilizante bajo en nitrógeno y rico en fósforo y potasio a principios de la primavera para estimular la floración.
Poda: Dando Forma y Manteniendo la Salud
La poda no es estrictamente necesaria para la supervivencia de la acacia, pero es muy recomendable para mantener su forma, salud y seguridad. La poda de formación se realiza en los primeros años para establecer una estructura fuerte y una copa bien formada. La poda de mantenimiento se realiza anualmente y consiste en eliminar ramas muertas, enfermas o que se crucen. El mejor momento para podar la mayoría de las acacias es justo después de que termine su periodo de floración, para no sacrificar las flores del año siguiente.
Problemas Comunes: Plagas y Enfermedades
Las acacias son árboles muy resistentes, pero pueden ser susceptibles a algunas plagas como la cochinilla algodonosa y los pulgones, especialmente en ejemplares jóvenes o estresados. Estos pueden tratarse con jabón potásico o aceite de neem. Sin embargo, el problema más grave, como se mencionó anteriormente, es la pudrición de la raíz por exceso de riego. Vigila siempre el drenaje y la frecuencia de riego para evitarlo.
Cómo Trasplantar una Acacia
El trasplante de acacias debe hacerse cuando el árbol es todavía joven, ya que los ejemplares más grandes no suelen tolerarlo bien. El mejor momento es a finales del invierno o principios de la primavera. Cava un cepellón lo más grande y profundo posible para preservar la mayor cantidad de raíces. Prepara el nuevo hoyo de plantación, asegurándote de que sea el doble de ancho que el cepellón, y colócalo a la misma profundidad a la que estaba antes. Riega abundantemente después del trasplante para asentar la tierra y eliminar bolsas de aire.
Tipos de Acacia: Un Universo de Formas y Colores para tu Jardín
Hablar de "la acacia" es como hablar de "el perro"; el término abarca un universo de diversidad. Con más de mil especies, elegir la acacia correcta es fundamental para el éxito y la armonía en tu jardín. Algunas son árboles majestuosos, otras arbustos compactos, y sus colores de follaje van del verde intenso al plateado y al púrpura. Aquí te presentamos algunas de las especies de acacia más populares y valoradas en jardinería para que puedas elegir la que mejor se adapte a tu clima y espacio.
1. Mimosa Común (Acacia dealbata)
Posiblemente la más icónica y reconocible de todas, especialmente en Europa. La Acacia dealbata es un árbol de crecimiento extremadamente rápido, famoso por su explosiva y fragante floración amarilla a finales del invierno. Sus nubes de pompones amarillos son uno de los primeros anuncios de la primavera. Su follaje, finamente dividido y de un tono verde azulado, le confiere una apariencia muy ligera y plumosa.
- Tamaño Adulto: Puede alcanzar los 10-15 metros de altura.
- Ideal para: Jardines grandes donde se necesita un árbol de sombra rápido o como espécimen focal.
- Resistencia al Frío: Tolera heladas moderadas, hasta unos -7°C a -10°C una vez bien establecida.
- Consideraciones: Su rápido crecimiento puede hacer que su madera sea algo quebradiza. En algunas zonas puede tener un potencial invasor, por lo que es importante podarla después de la floración para controlar la dispersión de semillas.
2. Mimosa de las Cuatro Estaciones (Acacia retinodes)
Como su nombre común sugiere, esta es la acacia para los impacientes. La Acacia retinodes es un arbusto grande o pequeño árbol que destaca por su capacidad de florecer en oleadas durante prácticamente todo el año, con picos en primavera y verano. A diferencia de la mimosa común, sus "hojas" son en realidad filodios: tallos aplanados y alargados de un color verde intenso que cumplen la función de la hoja.
- Tamaño Adulto: Generalmente entre 4 y 8 metros de altura.
- Ideal para: Setos de privacidad de crecimiento rápido, pantallas cortavientos y jardines de bajo mantenimiento o costeros, ya que tolera muy bien el viento y la salinidad.
- Resistencia al Frío: Buena, tolera heladas de hasta -7°C.
3. Acacia de Bailey "Purpurea" (Acacia baileyana "Purpurea")
Una auténtica joya ornamental, valorada tanto por sus flores como por su espectacular follaje. La Acacia baileyana "Purpurea" es un árbol pequeño cuyo principal atractivo es el color de sus hojas bipinnadas, especialmente en los brotes nuevos, que son de un increíble tono púrpura o violeta. Este color crea un contraste asombroso con la brillante floración amarilla que aparece en pleno invierno.
- Tamaño Adulto: Compacta, alcanzando entre 5 y 8 metros de altura.
- Ideal para: Jardines pequeños o medianos como punto focal de color durante todo el año.
- Resistencia al Frío: Moderada, hasta unos -5°C o -6°C. Sufre en heladas fuertes y prolongadas.
4. Acacia de Hoja Azul (Acacia saligna)
Esta es una de las acacias más duras y resistentes, una campeona de la xerojardinería. La Acacia saligna es un arbusto grande o pequeño árbol de crecimiento muy rápido, con largos filodios de un característico color verde grisáceo o azulado. Es extremadamente tolerante a la sequía, al calor y se adapta a una amplia gama de suelos pobres y arenosos.
- Tamaño Adulto: De 4 a 9 metros de altura.
- Ideal para: Proyectos de restauración de suelos, estabilización de taludes, setos informales y para jardines que buscan el mínimo consumo de agua.
- Resistencia al Frío: Tolera heladas ligeras, hasta unos -5°C.
5. Acacia Karoo (Vachellia karroo)
Originaria de Sudáfrica, esta acacia es la imagen icónica de la sabana africana. Es un árbol muy resistente, reconocible por sus largas espinas blancas y afiladas. En verano, produce unas flores en forma de pompones amarillos increíblemente fragantes. Es una especie de una dureza extraordinaria, capaz de soportar tanto la sequía extrema como las heladas.
- Tamaño Adulto: Puede crecer de 5 a 12 metros de altura.
- Ideal para: Jardines grandes de estilo silvestre, como árbol de espécimen o para crear setos defensivos impenetrables debido a sus espinas.
- Resistencia al Frío: Excelente una vez establecida, pudiendo soportar temperaturas por debajo de -10°C.