Cuando la mayoría de las flores de verano se han despedido y el jardín amenaza con sumirse en la monotonía de los tonos grises y marrones, una estrella inesperada emerge para robarse el espectáculo: la Col Ornamental (Brassica oleracea var. acephala). Con sus rosetas gigantes de hojas rizadas o lisas, que se tiñen de electrizantes tonos de rosa, púrpura, crema y blanco, esta planta no es una flor, pero compite en belleza con las más espectaculares. Es la pieza clave para crear composiciones vibrantes en otoño e invierno, aportando textura y un color que, paradójicamente, se intensifica con el frío. En esta guía definitiva y enciclopédica, exploraremos todos los secretos del cultivo y cuidado de la col ornamental, desde su siembra hasta el manejo de sus voraces enemigos.
¿Col Ornamental, Repollo Ornamental o Kale Ornamental?
En los centros de jardinería, a menudo se usan estos términos indistintamente. Aunque todos pertenecen a la misma especie, la regla general es: las que tienen hojas lisas y anchas que forman una cabeza más redondeada se suelen llamar "repollos ornamentales", mientras que las que tienen hojas muy rizadas y con volantes se conocen como "coles o kales ornamentales". A efectos prácticos, sus cuidados son idénticos.
La Pregunta del Millón: ¿Se Puede Comer?
Técnicamente, sí, son comestibles en el sentido de que no son venenosas. Pertenecen a la misma especie que el repollo, el brócoli y la col rizada que comemos. Sin embargo, estas variedades han sido hibridadas durante generaciones buscando exclusivamente el atractivo visual, no el sabor. Como resultado, sus hojas tienden a ser extremadamente amargas y de una textura muy dura y fibrosa. Se pueden usar como un adorno comestible en un plato, pero definitivamente no querrás hacer una ensalada con ellas.
El Secreto de su Color: La Magia del Frío

Este es el concepto más importante que hay que entender. La col ornamental que compras en septiembre, todavía verde, no está estropeada. Su increíble coloración no aparece hasta que la planta es expuesta a temperaturas frías. La planta produce clorofila (que le da el color verde) durante las temperaturas cálidas. Cuando las temperaturas nocturnas bajan de forma constante por debajo de los 10°C, la planta ralentiza la producción de clorofila. Esto permite que los pigmentos púrpuras, rosas y cremas (antocianinas y carotenoides), que siempre estuvieron ahí pero enmascarados por el verde, se revelen en todo su esplendor. Una helada ligera no solo no las daña, sino que intensifica aún más sus colores.
Luz y Sustrato: Los Cimientos del Éxito
Para un crecimiento compacto y una coloración óptima, las coles ornamentales necesitan pleno sol, al menos 6 horas de luz solar directa al día. Como miembros de la familia de las coles, son plantas "glotonas" (heavy feeders) y requieren un suelo fértil y bien drenado. Antes de plantar, enriquece la tierra con una buena cantidad de compost o estiércol bien descompuesto. Un pH del suelo ligeramente ácido a neutro es ideal.
Riego y Fertilización

Necesitan un riego regular y constante para desarrollar sus grandes hojas. El objetivo es mantener el sustrato uniformemente húmedo, pero sin encharcamientos. La falta de agua puede provocar que las hojas se vuelvan duras y amargas (aunque no las comamos, es un signo de estrés). Aliméntalas con un fertilizante equilibrado al momento de la plantación y, si acaso, una vez más un mes después. Evita fertilizar en exceso, especialmente con nitrógeno, una vez que empiezan a mostrar color, ya que esto puede promover un crecimiento de hojas verdes en detrimento de los colores vibrantes.
Plagas: La Batalla Inevitable
Al ser una *Brassica*, la col ornamental es irresistible para las mismas plagas que atacan a los repollos en el huerto. La vigilancia es clave.
- Gusanos del Repollo (Orugas de la Mariposa Blanca): Son su enemigo número uno. Estas pequeñas orugas verdes pueden devorar las hojas, dejando grandes agujeros antiestéticos. La mejor defensa es la inspección regular y la eliminación manual. Para infestaciones mayores, un tratamiento con Bacillus thuringiensis (Bt), un insecticida orgánico, es extremadamente eficaz.
- Pulgones: A menudo se esconden en el denso centro de la planta. Un chorro de agua fuerte o una aplicación de jabón potásico suelen ser suficientes.
- Babosas y Caracoles: Se sienten atraídos por las hojas tiernas. Usa trampas de cerveza o cebos específicos para controlarlos.
Usos en el Jardín y Dificultad
Son increíblemente versátiles. Úsalas para bordear caminos, como punto focal en macetas grandes, para rellenar los huecos que dejaron las flores de verano en los arriates, o en jardineras de ventana. Son el complemento perfecto para la decoración de otoño junto a calabazas y crisantemos. En cuanto a su toxicidad, son no tóxicas para perros y gatos. Su dificultad se considera fácil a intermedia: fáciles de cultivar si se plantan en la época correcta, pero requieren vigilancia constante contra las orugas para mantener un aspecto impecable.