El aire fresco de noviembre y la caída de las hojas inspiran en muchos jardineros un impulso irrefrenable de "limpiar y ordenar", tijeras en mano. Sin embargo, la poda en otoño es un arte de contención y sabiduría. La respuesta directa a qué podar en noviembre es: muy poco. La regla general es que la poda de otoño debe ser principalmente sanitaria y estructuralmente ligera. Una poda fuerte en el momento equivocado puede dañar seriamente tus plantas. En esta guía definitiva y enciclopédica, te enseñaremos la ciencia detrás de la poda de otoño, detallando qué es seguro y beneficioso cortar ahora, y qué debes dejar, bajo cualquier circunstancia, para el final del invierno.
La Biología de la Dormancia: ¿Por Qué la Poda de Otoño es Riesgosa?

Para entender las reglas, primero hay que entender a las plantas. Durante el otoño, los árboles y arbustos no están muriendo, están entrando en dormancia. Están reabsorbiendo los nutrientes de sus hojas, ralentizando su metabolismo y preparándose para sobrevivir al frío. La poda es, esencialmente, una herida que la planta intenta curar. Si realizas una poda fuerte en otoño:
- Estimulas Nuevo Crecimiento: La planta puede interpretar el corte como un ataque y usar sus últimas reservas de energía para producir nuevos brotes tiernos.
- El Desastre de la Helada: Este nuevo crecimiento no tendrá tiempo de endurecerse ("lignificar") antes de las primeras heladas fuertes. El frío lo quemará y lo matará, dejando a la planta debilitada y con heridas abiertas justo al comienzo del invierno, la estación más estresante.
Qué SÍ Podar en Noviembre: La Poda Segura y Beneficiosa
Afortunadamente, hay varias tareas de poda que son seguras y recomendables en esta época.
1. La Regla de las 3 "D": Muerto, Dañado y Enfermo (Dead, Damaged, Diseased)
Esta es la poda que se puede y se debe hacer en cualquier momento del año en que la veas. Coge tus tijeras y serrucho desinfectados e inspecciona tus plantas. Elimina sin dudarlo:
- Madera Muerta: Ramas secas, quebradizas y sin signos de vida.
- Madera Dañada: Ramas rotas por el viento, el peso de la fruta o cualquier otro daño mecánico.
- Madera Enferma: Ramas que muestren signos de cancros, hongos u otras enfermedades. Corta siempre por debajo de la zona afectada, hasta encontrar madera sana.
Eliminar esta madera ahora reduce los lugares donde las enfermedades y las plagas pueden pasar el invierno.
2. Plantas Perennes Herbáceas: El Gran Debate
A medida que las plantas perennes como hostas, peonías o equináceas se marchitan, tienes dos opciones válidas:
- Cortar por Limpieza: Cortar sus tallos a ras de suelo después de la primera helada fuerte deja los arriates limpios y ordenados para el invierno. Es la mejor opción para plantas propensas a enfermedades como las peonías, para evitar que las esporas de hongos invernen en el follaje.
- Dejar por Interés Invernal: Esta es la opción preferida por los diseñadores de jardines naturalistas.
3. Poda Ligera en Rosales
Noviembre NO es el mes para la poda principal de los rosales (eso se hace a finales de invierno). Sin embargo, es recomendable realizar una poda de reducción. Acorta los tallos más largos y desgarbados en aproximadamente un tercio. Esto evita que el viento invernal los azote y los rompa o que se "descalcen" (que el movimiento afloje las raíces en el suelo).
Qué NO Podar en Noviembre: Guarda las Tijeras

Esta lista es crucial para evitar la decepción en primavera.
1. Arbustos de Floración Primaveral
Arbustos como las forsythias, lilas, rododendros, azaleas, weigelas y deutzias florecen en la "madera vieja", es decir, en los tallos que crecieron el año anterior. Si los podas ahora, estarás cortando todos los capullos florales que ya se han formado para la próxima primavera.
2. Árboles que "Sangran" Mucho
Árboles como los arces, abedules y nogales tienen un flujo de savia muy fuerte a finales del invierno. Aunque una poda en noviembre no es tan mala como una a finales de invierno, generalmente es mejor esperar al verano para podarlos si es necesario, cuando el flujo de savia es menor.
3. Arbustos de Hoja Perenne y Coníferas
Evita la poda de formación en la mayoría de los arbustos de hoja perenne y coníferas. Cualquier nuevo crecimiento estimulado será muy vulnerable a las quemaduras por el frío y el viento invernal.
En resumen, la poda de noviembre es un ejercicio de precisión quirúrgica, no de transformación radical. Se trata de limpiar, sanear y prevenir daños, dejando las grandes decisiones de diseño y rejuvenecimiento para cuando la planta esté en su más profunda dormancia invernal.