podando planta boca de dragón

La poda es el secreto mejor guardado para transformar una simple planta de Boca de Dragón en un arbusto robusto y espectacularmente florido. La respuesta directa a cómo lograrlo es a través de dos técnicas clave: un "pinzado" inicial cuando la planta es joven para fomentar la ramificación, y un "deadheading" constante de las flores marchitas para prolongar la floración. Dominar estas dos sencillas acciones es la diferencia entre una sola espiga de flores y una docena, convirtiendo tu planta en una verdadera fábrica de color.

Estas técnicas son el complemento perfecto a los cuidados básicos que exploramos en nuestra guía completa sobre la Boca de Dragón.

La Ciencia Detrás de la Poda: Entendiendo la Dominancia Apical

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Para entender por qué funciona la poda, necesitamos hablar de un concepto llamado "dominancia apical". El brote principal de un tallo (el ápice) produce una hormona (auxina) que suprime el crecimiento de los brotes laterales que se encuentran más abajo. Esto anima a la planta a crecer hacia arriba, en un solo tallo, lo más rápido posible para competir por la luz. Al "pinzar" o cortar esa punta principal, eliminamos la fuente de esa hormona supresora. Esto envía una señal a la planta para que "despierte" los brotes laterales durmientes, resultando en una planta mucho más ramificada y densa desde la base.

Técnica 1: El Pinzado Inicial (La Más Importante)

jardín repleto de distintas flores de boca de dragón

Esta es la poda que sienta las bases para toda la temporada. Es una acción proactiva que define la estructura de tu planta.

¿Cuándo Pinzar?

El momento es crucial. Debes realizar el pinzado cuando tu planta de Boca de Dragón sea joven y esté en pleno crecimiento, idealmente cuando tenga entre 10 y 15 cm de altura y haya desarrollado varios pares de hojas verdaderas.

Paso a Paso:

  1. Esteriliza tus Herramientas: Usa unas tijeras de podar pequeñas y afiladas o unas tijeras de precisión. Límpialas con alcohol para prevenir la transmisión de enfermedades.
  2. Localiza el Punto de Corte: Identifica el tallo principal. Cuenta desde la base hacia arriba y busca el tercer o cuarto par de hojas bien formadas.
  3. Realiza el Corte: Corta el tallo principal aproximadamente 1 cm por encima de ese par de hojas.

¡Eso es todo! En las próximas semanas, verás cómo desde las axilas de ese par de hojas (y a menudo de los pares inferiores) surgen nuevos tallos. Acabas de convertir una planta de un solo tallo en una planta de múltiples tallos.

No tengas miedo de ser valiente con este primer corte. Puede parecer contradictorio cortar la parte superior de una planta sana, pero es la inversión más rentable que harás. Sacrificar el primer y más temprano tallo floral te recompensará con cinco, seis o incluso más espigas de flores unas semanas más tarde, creando un espectáculo mucho más impresionante y duradero.

Técnica 2: El "Deadheading" o Desmochado Continuo

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Una vez que tu planta ramificada empieza a florecer, la siguiente tarea es mantenerla productiva. El "deadheading" es el proceso de eliminar las varas florales a medida que se marchitan.

¿Por Qué es Vital?

Si dejas la vara floral marchita en la planta, esta comenzará a formar semillas. La producción de semillas consume una cantidad enorme de energía. Al eliminar la vara marchita, le dices a la planta: "Tu trabajo aún no ha terminado", y la animas a usar esa energía para producir más flores.

El error más común es no cortar lo suficiente. No te limites a quitar las flores marchitas de la parte superior de la espiga. Para estimular un nuevo crecimiento de forma efectiva, debes cortar todo el tallo de la flor. Sigue el tallo hacia abajo hasta que encuentres un conjunto de hojas o un punto donde veas que están naciendo pequeños brotes laterales, y corta justo por encima de ese punto.

Si eres constante con el deadheading, tus bocas de dragón seguirán floreciendo profusamente durante toda la primavera y, si las temperaturas no son extremas, volverán a hacerlo con fuerza en otoño.

¿Y la Poda de Final de Temporada?

Las bocas de dragón son perennes de vida corta, a menudo tratadas como anuales. Al final de la temporada, cuando las heladas las han dañado, puedes cortarlas a ras de suelo. En climas suaves, es posible que rebroten desde la base en la primavera siguiente, aunque la floración del segundo año a menudo es menos vigorosa que la del primero.

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