Plantar un bulbo de Amarilis (Hippeastrum) es una de las experiencias más gratificantes de la jardinería de interior. Es un acto de fe que promete un espectáculo de flores gigantescas en pleno invierno. A diferencia de las semillas, un bulbo es un paquete de energía perfectamente formado, y el éxito de la primera floración está prácticamente garantizado si se siguen unos sencillos pero cruciales pasos. La plantación correcta es la base de todo el ciclo de vida de la planta. En esta guía, te llevaremos paso a paso por todo el proceso de siembra, desde la elección del bulbo hasta el primer riego.
Esta guía se enfoca en el inicio del proceso. Para entender el ciclo completo y cómo lograr que tu planta vuelva a florecer, no te pierdas nuestra guía completa sobre el cuidado de la Amarilis.
La Elección del Bulbo: El Tamaño Importa
Todo comienza con un bulbo de buena calidad. Cuando compres tu bulbo de amarilis, busca estas características:
- Grande y Pesado: Un bulbo más grande y denso contiene más energía almacenada, lo que se traduce en más varas florales y más flores por vara.
- Firme al Tacto: Apriétalo suavemente. Debe sentirse firme, como una cebolla sana. Evita los bulbos blandos, con manchas de moho o que parezcan secos y ligeros.
- Raíces Presentes: Es normal que los bulbos secos tengan algunas raíces secas y quebradizas. No te preocupes por ellas.
La Elección de la Maceta: Ajustada es Mejor

Uno de los errores más comunes es plantar un bulbo de amarilis en una maceta demasiado grande. A estas plantas les gusta sentirse "apretadas" en su contenedor. Una maceta demasiado espaciosa retendrá un exceso de humedad que puede provocar la pudrición del bulbo.
- Elige el Tamaño Correcto: La maceta ideal debe dejar solo unos 2-3 cm de espacio entre el bulbo y el borde de la maceta por todos los lados.
- Material: Una maceta de terracota o barro es una excelente opción. Su porosidad ayuda a que el sustrato se seque más rápido, previniendo el exceso de humedad. Además, su peso proporciona una base estable para los altos y pesados tallos florales.
- Drenaje Esencial: Asegúrate de que la maceta tenga, como mínimo, un buen agujero de drenaje en la base. Sin drenaje, el fracaso está garantizado.
La Preparación del Sustrato: Drenaje, Drenaje, Drenaje
El sustrato es el segundo pilar del éxito. Necesitas una mezcla que retenga algo de humedad pero que, sobre todo, drene el exceso de agua rápidamente.
- Sustrato de Calidad: Utiliza un sustrato universal para plantas de interior de buena calidad.
- Mejora la Aireación: A esta base, añade un 20-30% de material de drenaje como perlita o arena gruesa. Esta mezcla asegurará que las raíces tengan el oxígeno que necesitan y que el bulbo nunca esté encharcado.
El Proceso de Plantación Paso a Paso
- Hidrata las Raíces (Opcional): Puedes colocar el bulbo sobre un vaso de agua tibia durante un par de horas antes de plantar, asegurándote de que solo las raíces toquen el agua, no la base del bulbo. Esto puede ayudar a "despertarlas".
- Coloca una Base en la Maceta: Llena la maceta con el sustrato preparado hasta un punto en el que, al colocar el bulbo encima, su "cuello" quede por encima del borde de la maceta.
- Posiciona el Bulbo: Coloca el bulbo en el centro y empieza a rellenar con sustrato alrededor, presionando suavemente para eliminar las bolsas de aire.
- Deja el "Hombro" Fuera: ¡Este es el truco más importante! No entierres el bulbo por completo. Debes plantar el bulbo de manera que aproximadamente un tercio de su parte superior quede expuesta al aire. Enterrarlo por completo es una invitación a la pudrición del cuello.
El Primer Riego y los Cuidados Iniciales
Una vez plantado el bulbo, el manejo del agua es crítico.
- Riega a Fondo una Sola Vez: Justo después de plantar, riega el sustrato a fondo hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje. Desecha el exceso de agua del plato.
- Colócala en un Lugar Adecuado: Pon la maceta en un lugar cálido y con luz indirecta brillante.
- La Paciencia es una Virtud: Ahora, NO vuelvas a regar. Debes esperar a que el bulbo muestre signos de vida. La aparición de la punta de un nuevo brote verde o rojo del cuello del bulbo es la señal para reanudar el riego. Esto puede tardar desde 2 hasta 8 semanas. Regar durante este período de espera es el error que pudre la mayoría de los bulbos.
Una vez que el brote aparezca, puedes empezar a regar moderadamente, manteniendo el sustrato ligeramente húmedo. ¡Prepárate para el espectáculo!