El romero es una de las hierbas más gratificantes para cultivar, y la buena noticia es que no necesitas un gran jardín para disfrutar de su fragancia y sabor. Sin embargo, el cultivo en maceta presenta desafíos únicos. La respuesta directa a cómo cuidar un romero en maceta se basa en tres pilares: elegir una maceta lo suficientemente grande, utilizar un sustrato con un drenaje excepcional y dominar una rutina de riego que evite el encharcamiento a toda costa. Entender que un romero en maceta es menos tolerante a los errores que uno en el suelo es el secreto para el éxito a largo plazo.
Esta guía se enfoca en los desafíos específicos del cultivo en contenedores, complementando nuestra guía completa sobre el cuidado de la planta de Romero.
Elegir la Maceta Correcta: Tamaño y Material
La elección de la maceta es tu primera gran decisión.
- Material: La terracota o el barro son, con diferencia, la mejor opción. Su material poroso permite que el sustrato "respire" y se seque más rápidamente, lo que es una póliza de seguro contra la pudrición de la raíz. Las macetas de plástico retienen la humedad por mucho más tiempo, lo que aumenta el riesgo de riego excesivo.
- Tamaño: El romero desarrolla un sistema de raíces vigoroso. Comienza con una maceta de al menos 30 cm de diámetro. Una maceta demasiado pequeña se secará muy rápido y limitará el crecimiento de la planta, haciéndola más vulnerable.
- Drenaje: Es innegociable. Asegúrate de que la maceta tenga al menos un agujero de drenaje grande en la base.
El Sustrato: Creando el Desierto Perfecto en una Maceta

Necesitas crear una mezcla que imite los suelos arenosos del Mediterráneo. La receta perfecta es:
- 50% de Sustrato para Cactus y Suculentas: Es la base ideal, ya que está formulado para un drenaje rápido.
- 30% de Perlita o Arena Gruesa: Aumenta la porosidad y la aireación, asegurando que el agua nunca se estanque.
- 20% de Compost o Humus de Lombriz: Aporta los nutrientes necesarios para el crecimiento inicial.
Riego: El Arte de "Empapar y Secar" en Contenedores
El riego es la tarea donde más se falla con el romero en maceta. Las macetas se secan más rápido que la tierra del jardín, pero también son más susceptibles al encharcamiento.
- La Técnica: Riega a fondo, hasta que veas que el agua sale libremente por el agujero de drenaje. Esto asegura que todo el cepellón se humedezca.
- Desecha el Exceso: Después de 15 minutos, vacía completamente el plato que hay debajo de la maceta. Nunca dejes el romero "sentado" en un charco de agua.
- La Espera: Ahora, el paso más importante. Espera a que el sustrato se seque. No solo la superficie; introduce tu dedo unos 5-7 cm en la tierra. Si sientes humedad, no riegues. Espera a que esté completamente seco.

Luz, Fertilización y Poda
- Luz: El requisito de pleno sol es el mismo que en el jardín. Necesita un mínimo de 6-8 horas de sol directo. Colócala en el lugar más soleado de tu balcón o terraza.
- Fertilización: A diferencia del romero en el suelo, que apenas necesita abono, el de maceta agotará los nutrientes del sustrato. Aliméntalo con un fertilizante líquido equilibrado, diluido a la mitad de la dosis recomendada, una vez al mes durante la primavera y el verano.
- Poda: La poda es aún más importante en maceta para mantener un tamaño manejable y una forma compacta. Sigue la misma regla: poda después de la floración y nunca cortes la madera vieja.
Cuidado Invernal del Romero en Maceta
Las raíces en una maceta son mucho más vulnerables a la congelación. Si vives en una zona con heladas fuertes, necesitarás proteger tu planta. Agrupa la maceta con otras, envuélvela en arpillera o plástico de burbujas, o muévela a un lugar resguardado y sin calefacción, como un garaje luminoso, durante las peores heladas.