La planta de romero (Salvia rosmarinus) es mucho más que una simple hierba aromática; es el alma del jardín mediterráneo. Su fragancia resinosa transporta instantáneamente a colinas soleadas, su follaje perenne en forma de aguja aporta textura durante todo el año y sus delicadas flores azules son un imán para las abejas. Es una planta que encarna la resiliencia: resistente a la sequía, a las plagas y a la negligencia. Sin embargo, a pesar de su dureza, muchos jardineros se enfrentan al mismo problema: un romero que, con el tiempo, se convierte en un esqueleto leñoso y despoblado. El secreto para evitarlo es simple: entender y respetar sus orígenes. En esta guía definitiva y enciclopédica, desentrañaremos todos los secretos del cultivo y cuidado del romero, asegurando que tu planta se mantenga densa, aromática y productiva durante décadas.
Luz: Un Adorador del Sol Incondicional

El primer y más importante requisito del romero es el sol. No es una sugerencia, es una demanda. Para un crecimiento compacto, un follaje sano y, sobre todo, para maximizar la producción de los aceites esenciales que le dan su potente aroma, el romero necesita pleno sol. Esto se traduce en un mínimo de 6 a 8 horas de luz solar directa e intensa cada día. Un romero plantado en semisombra sobrevivirá, pero será una versión pálida de sí mismo: crecerá de forma larguirucha (etiolada), con tallos débiles, hojas espaciadas y será mucho más propenso a enfermedades fúngicas como el oídio. La ubicación es el 90% del éxito.
Sustrato y Riego: El Dúo Dinámico del Drenaje
Si el sol es el motor del romero, el drenaje es su chasis. El romero evolucionó en suelos pobres, arenosos y calcáreos de las costas mediterráneas. Odia la riqueza y aborrece la humedad estancada.
El sustrato debe ser ligero, poroso y que drene a la velocidad de la luz. Una mezcla ideal es tierra de jardín con una buena parte de arena gruesa y perlita. Para macetas, un sustrato para cactus y suculentas es una base excelente. Riega abundantemente, hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje, y luego deja que el sustrato se seque por completo antes de volver a plantearte regar.
La Poda: El Arte de Prevenir la Vejez Leñosa

Una planta de romero sin podar está destinada a la lignificación. Con el tiempo, la base se convertirá en madera dura y desnuda, con solo unos pocos brotes verdes en las puntas. La poda regular es la única forma de mantenerlo joven y denso.
Cultivo de Romero en Maceta: Consejos Clave
El romero es perfecto para el cultivo en macetas, pero requiere algunas consideraciones especiales:
- Maceta: La terracota es ideal. Su porosidad ayuda a que el sustrato se seque más rápido, previniendo la pudrición. Asegúrate de que tenga un agujero de drenaje grande.
- Sustrato: Usa una mezcla para cactus o añade un 30% de perlita a un sustrato universal.
- Riego: Las macetas se secan más rápido que el suelo del jardín. Comprueba la humedad con más frecuencia, pero sigue siempre la regla de "empapar y secar".
- Fertilización: A diferencia del romero en el jardín, el de maceta necesitará un aporte de nutrientes. Aliméntalo con un fertilizante líquido equilibrado, diluido a la mitad, una o dos veces durante la primavera.
Propagación por Esquejes: Romero Infinito
Crear nuevas plantas de romero es increíblemente fácil. El mejor momento es a finales de primavera o principios de verano.
- Corta un tallo joven y flexible de unos 10-15 cm de longitud.
- Retira las hojas de la mitad inferior del tallo.
- Opcional: puedes sumergir la base en hormona de enraizamiento.
- Inserta el esqueje en una maceta pequeña con un sustrato muy ligero y húmedo.
- Colócala en un lugar con luz indirecta y mantén la humedad. En 4-8 semanas, habrá desarrollado raíces.
Plagas, Enfermedades y Toxicidad
El romero es muy resistente a las plagas. Su principal problema es el oídio si hay poca circulación de aire y alta humedad. Se manifiesta como un polvo blanco en las hojas. La solución es siempre la prevención: ubícalo en un lugar soleado y bien ventilado. En cuanto a la toxicidad, la planta de romero es considerada no tóxica para perros y gatos, siendo una de las hierbas más seguras para tener en casa. Su dificultad es muy fácil, siempre que se le proporcione las dos cosas que más ama: sol implacable y un suelo que nunca se encharque.